Una paella hacía yo para celebrar el día en que a mis hijos les salía el primer diente. Mi opinión es que se malcría a los niños, esta vida moderna no la entiendo. Les di la primera cucharada de paella ese mismo día y de los cuatro hijos que tuvimos, ningun@ se atragantó con el ritual de iniciación de valencian@ de pro.
El viernes llegó a pasar las Fallas mi hija la mayor con mi nieta, se presentaron por sorpresa -como los invitados de la Preysler- y a las tantas de la noche se dio cuenta la niña que se le habían olvidado los potitos para su criatura. El guisadito que le hizo su abuela lo escupía la condenada y con la boca abierta y sus cinco dientes -como cinco jazmines adolescentes- lloraba de pura hambre.
Qué no haría el abuelo por la niña, allá me fui por la carretera de Benetuser a buscar un Opencor (decía mi hija, como si aquí, que entre semana, no tenemos ni un puñetero bar abierto, hubiera un Opencor desos).
La primera farmacia que encontré en la C/ Maestro Palau no era la de guardia, decía el cartelito que era la de la C/Albal; llegué hasta allí y estaba cerrada y no ponía ningún cartelito. La de Carretera Picanya me pillaba cerca, allí fui y tampoco era ni tampoco ponía nada. Nunca me ha gustado dar vueltas a tontas y locas y menos con la necesidad encima así que fui a preguntarle a los municipales y me dijeron que hace mucho que no les dejan los de las farmacias sus rondas de guardias; pero mire usté buen hombre, se lo voy a mirar por interné que es una cosa muy moderna que nos dice todo lo que queremos saber ¡¡¡gragdhadklsajfahffhhhhhhfggg!!!.
Mire es la que está por la estación del metro. No tenía ni idea de que en esa calle hubiera una farmacia.
Un potito. ¡Por fin lo conseguí!, sólo he tardado una hora. Me voy corriendo que mi nieta se MUERE de hambre.
(Todo parecido con la realidad no es pura coincidencia).
Si no se lo cree, tal vez la policía se acuerde de alguien que preguntó el viernes pasado a las 24 h por la farmacia de guardia, o de un farmacéutico que vendió un potito a un pobre abuelo con bigote y muy desesperado.
QUÉ TAL SI BOICOTEAMOS UN POCO A LAS FARMACIAS DE PAIPORTA POR LA PROFUNDA FALTA DE RESPETO QUE OFRECEN A SUS CLIENTES. Es lo malo de la enfermedad, que es un negocio seguro, para ellos.
17 de marzo de 2010, 10:25
Creía que buscábais al político perdido!!! jajaja.
Muy fuerte las cosas que aún pasan en este pueblo. Lo peor de todo es que posiblemente esto no llegue a quien corresponda y pasado mañana a otro vecino le pasará lo mismo, quizás buscando condones, quién sabe.