A
veces la vida es dura y nos pone en situaciones que nos hacen dar un giro
brusco en la vida, aquello que tanto amas te es arrebatado y sientes que
ya nada tiene sentido.
Han pasado cuatro
meses desde mi última entrada en este espacio que con entusiasmo creamos
la Pepica y un servidor. La granja quedó abandonada con su enfermedad. Hoy
retomo a la tarea en solitario, nada será lo mismo sin ella, seguro que le
faltará esa miaja de sal con la que ella condimentaba las palabras.
El
delirio de mi nieta enseñándome su mochila y los materiales que sus padres
habían comprado para empezar el curso escolar.
Es
lo que me invita a volver.
Leer
las palabras del señor Ibor diciendi que el curso ha empezado con normalidad.
Es
lo que me invita a volver.
Defender
la ilusión de una niña sobre las palabras falacias del alcalde.
Es
lo que me invita a volver.
Y es que, el curso ha empezado con normalidad no por los esfuerzos del
señor Ibor, ni de la consellería, han empezado con normalidad porque padres,
alumnos y profesores son normales, los políticos que nos gobiernan tienen otras
prioridades en sus agendas, para ellos es más importante discutir sobre el
magnífico bronceado que han adquirido en los paraísos donde disfrutan sus vacaciones
que sobre la necesidad de escuelas dignas en lugar de los barracones donde
enjaulan a los niños sin apenas espacios libres y sombreados donde poder
expandirse.
Como
diría mi Pepica…
"El principal objeto de la educación no es el de enseñarnos
a ganar el pan, sino en capacitarnos para hacer agradable cada bocado."
Esta foto la muestra el alcalde, en Facebook, orgulloso de la normalidad en el inicio del curso. Son los alumnos que trasladan a Alfafar porque su cole su derrumbo